¿Cómo saber si mi perro beagle tiene la tos de las perreras?

La traqueobronquitis infecciosa canina, más conocida como tos de las perreras, es una enfermedad provocada por la presencia de determinados virus y bacterias en el sistema respiratorio de animales como perros, lobos o zorros.

Su principal síntoma es la aparición de una tos seca continua, que suele acompañarse de secreciones mucosas y salivales que hacen de la nariz y la boca los principales focos de propagación de la enfermedad, así como los comederos, bebederos y juguetes para perros.

Es por ello que esta enfermedad se presenta con relativa frecuencia en espacios donde vive un buen número de animales peludos, como clínicas veterinarias, exposiciones caninas, refugios o perreras. Por lo tanto, la gripe canina se conoce como tos de las perreras.

Es una de las diversas enfermedades que comúnmente sufren los perros. Por esto y por lo demás es importante mantenerse informado, ya que determinadas situaciones o características de algunos perros pueden hacerlos más susceptibles a padecerla.

Síntomas de la tos de las perreras

Aunque en la mayoría de los casos no causa mayores problemas, si no se detecta y trata a tiempo, la tos de un perro puede acabar generando nuevas infecciones de diferente tipo.

Los principales síntomas de la gripe canina son:

• Tos seca
• Arcadas
• Vómitos leves

Como se trata de tres síntomas comunes a otras enfermedades que afectan al aparato respiratorio, como la faringitis y la bronquitis, es importante acudir cuanto antes al veterinario para que realice una serie de pruebas que determinen si el El perro tiene traqueobronquitis infecciosa. .

El examen suele consistir en un examen general del estado de las vías respiratorias, prestando especial atención al estado de los pulmones. A menudo, también se realiza una exploración y prueba de PCR para tomar muestras de la nariz y la garganta.

Pruebas, todas necesarias, con el fin de excluir todas las patologías que comparten los síntomas de la tos canina.

Tratamiento de la tos de las perreras

Una vez diagnosticada la traqueobronquitis canina, es muy importante medir la temperatura del animal de vez en cuando, ya que lo normal es que vaya acompañada de un aumento de la temperatura corporal.

Si se detectan episodios de fiebre o tos persistente, el veterinario procederá a prescribir un tratamiento farmacológico sintomático y, muy probablemente, otro antibiótico para prevenir el desarrollo de otras infecciones secundarias bajo el auspicio de la gripe canina

En el caso de que el perro sufra secreción ocular, se prescribirá la aplicación de una crema especial para ayudar a cortarla. Además de prescribir los medicamentos que el veterinario considere necesarios, te recordará la importancia de realizar una limpieza a fondo de todos los espacios en los que el perro suele moverse.

Además, hasta que el perro esté completamente curado, se debe evitar la socialización con otros animales para evitar la propagación de una condición altamente contagiosa.

Cómo prevenir la tos de las perreras

La mejor manera de prevenir la aparición de la gripe canina es mantener altos estándares de limpieza e higiene en la casa donde vive el perro.

En el caso de perreras, perreras, criaderos o casas donde viven animales más peludos, es necesario desinfectar periódicamente tanto las zonas en las que evolucionan como sus objetos cotidianos (comederos, bebederos o juguetes).

Como tantas otras infecciones que no sobreviven a las altas temperaturas, la traqueobronquitis necesita bajas temperaturas y humedad para crecer y propagarse. Por lo tanto, los santuarios caninos ubicados en latitudes más frías deben prestar especial atención a los esfuerzos de prevención de la tos canina.

Dicho esto, la mejor manera de prevenir la traqueobronquitis infecciosa canina es usar las dos vacunas contra la gripe canina existentes. Estos son:

• Virus de la parainfluenza canina + Bordetella bronchiseptica
• Virus de la parainfluenza canina + Adenovirus canino tipo 2 + Virus del moquillo canino

Como recuerdan las diversas investigaciones sobre esta enfermedad, lo normal es administrarlos a partir de los dos meses de vida y aplicar dosis de refuerzo durante toda la vida del peludo.

La primera dosis de refuerzo se aplica un mes después de la primera inyección y, a partir de entonces, regularmente cada dos años.

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Si haces esto, y teniendo en cuenta todos los factores de prevención que te hemos indicado en este artículo, evitarás que tu amigo de cuatro patas contraiga y padezca una patología tan embarazosa como peligrosa.

Y es que, como bien señala el siempre acertado proverbio español, con la tos de las perreras, como con otras enfermedades, más vale prevenir que curar.

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